La importancia de la inteligencia emocional en la "nueva normalidad

La inteligencia emocional, también conocida como cociente emocional, desempeña un papel fundamental en nuestra vida cotidiana, ya que nos permite desenvolvernos en las relaciones y las dinámicas sociales. Uno de los aspectos clave de la Inteligencia Emocional es la capacidad de ser consciente de las emociones y entender por qué las experimentamos. Al adquirir este conocimiento, se es más consciente de por qué los demás experimentan determinadas emociones. Esto puede ser útil en las interacciones sociales, ya que permite apoyar e influir en las personas de forma eficaz.

La Inteligencia Emocional es muy importante en el lugar de trabajo, donde el estrés y la ansiedad pueden aparecer en cualquier momento. Y eso era antes de COVID-19 (por mucho tiempo que haya pasado, ¡parece una eternidad!) Ahora que mucha gente trabaja a distancia y se adapta a los pros y los contras de la experiencia, ser capaz de entender por qué los empleados o compañeros pueden comportarse de una determinada manera puede ayudarte a gestionar el flujo de trabajo y las expectativas.

He aquí algunos consejos rápidos que le ayudarán a potenciar su Inteligencia Emocional en el lugar de trabajo actual.

1) Inspirar... Espirar

Uno de los primeros pasos para practicar la inteligencia emocional es la autogestión. En otras palabras, se trata de tu capacidad para lidiar con emociones perturbadoras como el estrés. Cuando estamos estresados, tal vez porque los niños nos echan la bronca por la izquierda y porque la reunión de Zoom es vital por la derecha, solemos sentirnos abrumados. Esto hace que perdamos el control de nuestras emociones. Dar un paso atrás en una interacción o tarea estresante y respirar hondo unas cuantas veces puede ser muy eficaz para calmarnos y permitirnos pensar con más claridad.

2) Contrólese a sí mismo antes de naufragar

El segundo paso en la práctica de la inteligencia emocional es la autoconciencia. Ser consciente de uno mismo es la capacidad de comprenderse a uno mismo y la posición que se ocupa en cada entorno social. Nuestra autoconciencia se basa en la atención plena, que es la práctica de centrar la atención en el momento presente, sintonizando mejor con las sensaciones emocionales y físicas. Al desviar la atención de la preocupación por los pensamientos hacia el presente, la atención plena ayuda a gestionar adecuadamente las emociones y las interacciones.

3) Aprende a ver el conflicto como una oportunidad para acercarte a los demás.

Los conflictos y desacuerdos son inevitables en las relaciones humanas. Sin embargo, pueden conducir a resultados positivos. Al practicar la inteligencia emocional y la atención plena, podemos adquirir un mayor sentido de la perspectiva, lo que nos permite abordar los conflictos de forma creativa y constructiva.

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